Según las manifestaciones más remotas referentes al culto cristiano en este territorio sabemos que la vieja Ipagro romana fue sede episcopal y sus titulares estuvieron presentes tanto en el concilio de Elvira (siglo IV) como en el de Córdoba (siglo IX). Bajo dominio árabe y denominada Bulay o Poley, se produce en este lugar el enfrentamiento entre el guerrillero andalusí Omar ben Hafsún y el emir cordobés, Abdalah, cobrándose la vida de más de un millar de mozárabes en la célebre batalla de Poley (891). Ya en manos del caballero cristiano Gonzalo Yáñez Dovinal (1257) alcanza el patronato eclesiástico de las iglesias del término y, gracias al testamento de Fernán González de Aguilar (1343), conocemos la existencia de una iglesia dedicada a la Santa Cruz.